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LOS JUECES DE NUESTROS SOLDADOS Y POLICÍAS

01 Jul

LOS JUECES DE NUESTROS SOLDADOS Y POLICÍASCarlos Gaviria Díaz, camuflado como liberal fue elegido como Magistrado de la Corte Constitucional donde impuso la perversa tesis de que los guerrilleros eran “luchadores altruistas” y quienes los combatieran “delincuentes comunes”, que favoreció después decisiones judiciales que eliminaban pruebas de la farcpolítica y dejaban en la impunidad el horroroso aparato de cooptación del poder judicial y otras áreas estratégicas del poder público.

Debe recordarse que Gaviria Díaz luego sería Senador del Polo Democrático Alternativo, influido por el Partido Comunista Colombiano que en los años 50 impuso la tesis de la combinación de las formas de lucha (política y militar), para la toma del poder, siendo posteriormente candidato presidencial de esa misma organización política.

Pero no fue el único magistrado de las altas cortes que terminó siendo representante político de una izquierda que no se desvinculó del todo con las narcoguerrillas, junto a Gaviria Díaz participaron por la misma agrupación política Alejandro Martínez, elegido concejal de Bogotá, y otros que dieron el paso de los despachos judiciales a curules municipales y departamentales en diversas zonas del país.

Entre ellos se encuentra Alberto Poveda Perdomo que hizo el tránsito contrario, de politiquero regional en el Huila a Magistrado del Tribunal Superior de Bogotá. En efecto, Poveda Perdomo participó en el año de 2002, cuando no era aún magistrado, en las elecciones a la Cámara de Representantes por el Departamento del Huila, y lo hizo dentro de una coalición dirigida por el partido extremista Polo Democrático Alternativo, dentro del cual, a su vez, interviene activamente el Partido Comunista de Colombia. Alberto Poveda Perdomo no fue elegido pues sólo obtuvo 2 264 votos, es decir el 0, 93% del total de votos.

El compromiso ideológico de Poveda Perdomo lo llevó a imponer su nombramiento como parte del equipo jurídico encargado de  las deliberaciones destinadas a resolver el recurso de apelación interpuesto por el abogado defensor del Coronel (r) Alfonso Plazas Vega contra la decisión de la juez de primera instancia María Stella Jara Gutiérrez; incurriendo cuando menos en una inhabilidad dada la animadversión de la organización política a la que pertenece contra la institución castrense, lo que sin duda nublaba su juicio e implicaba falta de garantías para el procesado.

Como bien señala Eduardo Mackenzie (MACKENZIE, 2013), el magistrado Alberto Poveda Perdomo ha debido informar a sus superiores acerca de su pasado político tan particular y ha debido declararse impedido para participar en esa deliberación por la buena razón de que el movimiento político al cual él pertenece o perteneció es uno de los principales impulsores del proceso del Coronel Plazas Vega. Desde agosto de 1989, el Partido Comunista, a través de su órgano Voz Proletaria, hoy simplemente Voz, comenzó una campaña pública de calumnias y falsedades contra el Coronel Plazas Vega, contando con el soporte de organizaciones no gubernamentales como el MOVICE y el Colectivo Alvear Restrepo provenientes de la misma raíz política.

Como el magistrado Alberto Poveda Perdomo no se declaró impedido,  y aceptó, por el contrario, hacer parte del grupo de tres magistrados nombrados para resolver precisamente el recurso de apelación (Hermens Darío Lara Acuña, Fernando Pareja Reinemer y Alberto Poveda Perdomo),  el violó normas y principios importantes del derecho penal destinados a proteger la honestidad y equilibrio de los fallos judiciales. Así, el magistrado Alberto Poveda Perdomo asumió el papel de juez y parte en ese proceso, cosa totalmente prohibida por los principios del Derecho y que viola, además, las reglas de funcionamiento del debate político en una democracia (MACKENZIE, 2013).

Debe recordarse que el magistrado Hermens Darío Lara Acuña, quien estudió el expediente  de 42.465 folios durante 16 meses, estimó en su ponencia que el Coronel Alfonso Plazas Vega debía ser absuelto de cargos pues en el expediente no había ni sombra de una prueba que pudiera respaldar la condena de primera instancia.  Empero, los magistrados Alberto Poveda Perdomo y Fernando Pareja Reinemer, amigo entrañable de Poveda Perdomo, rechazaron ese análisis y la ponencia del magistrado Lara e impusieron, por una mayoría mecánica, no por el peso de su argumentación, un punto de vista contrario: ratificar la condena.

Este es el caso más ejemplarizante del papel del PC3 de las Farc en las entrañas del poder judicial, pero no el único. Nuestros soldados y policías son víctimas de una justicia manipulada y organizada a través de la célula Jaime Pardo Leal, el ex candidato presidencial de la UP caído en la guerra entre las Farc y el narcotráfico en los años 80, fundador de ASONAL JUDICIAL cuyo busto se erige en el complejo judicial de Paloquemao y cuyo nombre las Farc ondean como bandera en uno de sus sanguinarias estructuras criminales.

¿Qué garantías constitucionales y judiciales pueden esperar nuestros soldados y policías frente a jueces y fiscales de esa cuerda ideológica? Ninguna y de ahí el intento de ilegitimar la reciente reglamentación del fuero militar y la justicia penal militar o de las actuaciones del Fiscal General Eduardo Montealegre para reclamar un poder preferente frente a los procesos surgidos del combate a los grupos armados ilegales y las bandas criminales, gestionando para sí facultades ahora en cabeza del Consejo Superior de la Judicatura para dirimir conflictos de competencia y que pasarían al nuevo organismo que como garantía crea la norma.

Hay que ver nada más lo que viene sucediendo con algunos procesos que se sustraen del juez natural, la justicia penal militar, porque al juez civil que lo conoce le molestó que el juez militar no le enviara todo el expediente sino que hiciera uso de la reserva que legalmente le acompañaba; por decisión del organismo superior no sólo se afectaron los derechos fundamentales del policial implicado en la investigación penal, sino que el juez militar terminó arbitrariamente sancionado.

Así hay centenares de casos donde la arbitrariedad promovida por el MOVICE, el Colectivo Alvear Restrepo al manipular jueces y fiscales de la célula Jaime Pardo Leal, terminan privando injustificadamente a soldados y policías o conduciendo juicios amarrados como los del señor Coronel (r) Plazas Vega, mientras los autores de la violencia irracional disfrutan de las mieles del poder o se sientan en una mesa a exigir que les construyan el Estado que ellos soñaron a pesar del fracaso mundial de ese modelo.

 
8 comentarios

Publicado por en julio 1, 2013 en Opinión Pública

 

8 Respuestas a “LOS JUECES DE NUESTROS SOLDADOS Y POLICÍAS

  1. ASARIAS EMILIO LOPERA M

    julio 1, 2013 at 11:44 pm

    señor precidente lla los colombianos no creemos en las promesas de la facr ni en usted como mandatario

     
  2. ASARIAS EMILIO LOPERA M

    julio 1, 2013 at 11:48 pm

    pero si creemos en una salida militar con la guerilla los podemos acabar apunta de plomo

     
  3. ASARIAS EMILIO LOPERA M

    julio 1, 2013 at 11:51 pm

    creemos que el ejercito o mejor la fuersa publica es capas de acabarlos militar mente pero con esa alcaguete los teroeistas estan es detur por la abana cuba donde estan los grandes capos de la majia

     
  4. ASARIAS EMILIO LOPERA M

    julio 2, 2013 at 1:39 am

    los soldados hoy estan solos los jueses que los defienden son aliados del terorismo no se dqande cuenta que por los soldados el pais apodido mantenerse pero nesecitan un apollo de los jenerales que sonuir los asensos los culpables de los falsos positivos ellos son los que se lucran de los resultados y si con seguir los asensos

     
  5. ricardo

    julio 2, 2013 at 12:48 pm

    No hay que esperar nada bueno del señor Gaviria y esto no es nada esperar con que sale mas adelante, recordemos que el pensamiento de nuestros hombres de la fuerza publica que noscuidan las 24 horas estan solos , hasta el gobierno los dejo solos.

     
  6. Germán

    julio 7, 2013 at 5:14 pm

    Acabo de perder minutos valiosos de mi vida leyendo este mal intento de información; mejor leo algo mejor elaborado e investigado: «El narcotraficante 82» de Sergio Camargo, «Los jinetes de la cocaína» de Fabio Castillo, «El señor de las sombras. Biografía no autorizada de Álvaro Uribe» de Joseph Contreras y hasta «Amando a Pablo, odiando a Escobar» de Virginia Vallejo. Me suena que encontraré algo verdaderamente oscuro de un «gran colombiano»

     
    • Mauricio

      julio 12, 2013 at 4:43 am

      Claro, porque es mejor denigrar de gente dentro de la legalidad que de criminales que renegaron del imperio de la ley desde el principio y que gozan del dinero del narcotráfico ¿No? Luego se extrañan de que porqué la mayoría de la gente los tacha cuando menos de locos.

       
  7. Nestor Arboleda

    julio 8, 2013 at 2:17 pm

    Porque se le da tanta atencion a secuaces en la politica? especialmente a esos sanguinarios fiscal y seguidores de lesa humanidad, que los convierte en asesinos a sueldo del pueblo sacrificado, para que se jacten de ser justicieros sin son ni ton??? son una partida de analfabetas que desean el destruir las leyes de justicia donde aunque muy poco, existen y se burlan de la misma, sin motivo alguno. Nuestras FFMM y de policia son lo unico que vale en Colombia, por ello se les acusa y siguen los procesos inhumanos contra ellos! Que ironia, que los que deben de estar en tela de juicio son los que sabemos como patriotas de esa camada de ignorantes que estab jugando a ladrones y policias, como infantiles niños de la infancia corrupta desde que nacieron. El tal fiscal, debe de ser dado de baja del curibito que lo sostienen los mismos alcahuetas de su oficina y seguidores de lo que se le da la gana decir…y, por tal hacer!.

     

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