EL PRESIDENTE QUE GOBIERNA A LA DISTANCIA

Más de 200 días ausente del país lleva el mandatario venezolano Hugo Chávez Frías, ejerce sus funciones desde La Habana a través de terceros, en alocuciones radiales, telefónicas o televisivas, ahora a través del Twitter: En 140 caracteres por vez, el presidente venezolano anuncia la promulgación de leyes; aprueba medidas económicas; felicita a sus ministros por la labor cumplida y alienta a su partido a seguir adelante en la campaña electoral para su reelección.

Es indudable que la ausencia de Chávez agrava la crisis social, política y económica en Venezuela, los índices de delincuencia a todos los niveles aumentan dramáticamente y prácticamente no hay ejercicio del poder que libre a los venezolanos de una situación de caos y anarquía prácticamente generalizada.

El poder judicial y las mismas FANB se encuentran en entredicho por los vínculos denunciados de algunas de sus máximas jerarquías con el narcotráfico y el terrorismo; no tienen credibilidad entre los ciudadanos pese a los esfuerzos de los segundones de Chávez por hacer creer en una realidad distinta.

Si bien es cierto, la Constitución de Venezuela permite 180 días y una prórroga adicional de “falta temporal” del presidente de la República antes de que se declare la “falta absoluta”, esextremadamente vaga, y de hecho imprecisa, en relación a la falta temporal como la que se ha presentado y necesariamente genera un vacío de poder que no puede ser suplido por otros miembros del poder ejecutivo sin el poder decisorio requerido, el cual sigue siendo potestativo del presidente aunque se encuentre residiendo temporalmente en otro país.

La ausencia del presidente Chávez es humanamente comprensible dada la enfermedad que padece, pero no puede ser políticamente entendible desde la óptica de los intereses supremos de la nación.

El partido de gobierno ha impuesto la tesis inédita de que la ausencia del presidente no influye en el curso de los destinos del país. “Nosotros no necesitamos, no es necesaria, la presencia del comandante en este sitio porque igual es el comandante de la revolución, es el líder de la revolución y es presidente de la República Bolivariana de Venezuela y así lo hemos venido asumiendo”, señaló Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)[1].

Chávez “manda igualito, como que estuviera aquí en Venezuela”, reiteró Cabello en un intento por apaciguar las críticas de que el gobernante viola la Constitución al pasar más tiempo en La Habana que en Caracas sin designar a un presidente interino que gobierne en su lugar.

En una intervención telefónica ante la Asamblea del PSUV, difundida en cadena en Venezuela, Chávez, con un tono de voz que demuestra cansancio y dolor físico, señaló que pronto volverá a ese país y que los cuestionamientos a su permanente ausencia son fruto de rumores de la oposición y del imperialismo que quieren desestabilizar a Venezuela. Eso sí, no perdió el ánimo pendenciero e insultante que utiliza sistemáticamente para descalificar a sus opositores.

Es un hecho que la enfermedad de Chávez se atravesó en sus planes reeleccionistas y que el PSUV y demás integrantes de la llamada ‘revolución bolivariana’ se enfrentan a una crisis inevitable; al deseo de Chávez de nombrar como sucesor a Nicolás Maduro o a su hermano Adán, se han atravesado los intereses de poder de algunos miembros de la cúpula militar que reclaman para sí la sucesión al considerar que esa revolución es de carácter puramente militar.

Para mantener la unidad Chávez insiste, aunque físicamente se encuentre imposibilitado, en presentarse como candidato a las elecciones presidenciales a celebrarse en octubre de 2012. Aunque las últimas encuestas le dan a él una ligera ventaja sobre el opositor candidato Henrique Capriles en la intención de voto de los venezolanos, es un hecho que las posibilidades de la participación de Chávez como candidato se ven mermadas dada la naturaleza agresiva del cáncer que padece, por lo que este habría pedido a Maduro y a su vicepresidente Elías Jaua que hay que pensar en otro candidato.

Médicos oncólogos chilenos han señalado que el cáncer que padece Chávez es derivado de un ganglio que creció rápidamente y se absceso causando una metástasis de cáncer a la próstata, colon u otro órgano que migró a la zona pélvica; «El tumor ha invadido parte del lado izquierdo de su cadera y le ha generado un gran malestar», reveló el médico José Rafael Marquina, considerado voz autorizada para hablar de la enfermedad del jefe de Estado de Venezuela, quien se encuentra en La Habana para su ciclo de radioterapia. Marquina reveló que el cáncer que padece el presidente de Venezuela es leiomiosarcoma, un tumor del tejido muscular liso muy agresivo y poco conocido en la comunidad médica. La lesión se inició en la vejiga, esparció al músculo psoas, se le abcesó e infiltró a otros órganos.

Los sarcomas de tejido blando (STS, por su sigla en inglés) son un grupo de tumores malignos que se originan en los tejidos que dan soporte y conexión al cuerpo. Los STS pueden aparecer casi en cualquier parte del cuerpo. Las células del sarcoma se parecen a aquellas que mantienen unido el cuerpo, incluidas las células grasas, los músculos, los nervios, los tendones, las articulaciones, los vasos sanguíneos o los linfáticos. Cuando un STS es pequeño, puede pasar desapercibido, ya que generalmente no causa problemas al principio. A medida que crece, puede complicar las actividades corporales normales[2].

La tasa global de supervivencia relativa a cinco años (porcentaje de personas que sobrevive al menos cinco años una vez detectado el cáncer, excluidos aquellos que mueren por otras enfermedades) en todos los estadios y tipos de sarcoma asciende al 51% aproximadamente. Sin embargo, cuando el sarcoma se encuentra en un brazo o una pierna, las tasas de supervivencia a cinco años son ligeramente más altas para cada estadio[3].

El tiempo que una persona vive con sarcoma depende de muchos factores, que incluyen el tamaño del tumor, su ubicación, su tipo y si es superficial o profundo. Si el sarcoma se diagnostica en un estadio temprano y no se ha diseminado del lugar donde se originó, el tratamiento es muy eficaz y es posible curar a muchas personas. Por otro lado, si el sarcoma se ha diseminado a otras partes del cuerpo, el tratamiento puede generalmente controlar el tumor, pero a menudo no es curable[4].

Las estadísticas de supervivencia en el cáncer deben interpretarse con cautela. Estas estimaciones se basan en datos provenientes de miles de personas con este tipo de cáncer, pero el riesgo real de una persona específica puede variar. No es posible decirle a una persona cuánto tiempo vivirá con sarcoma. Debido a que las estadísticas de supervivencia se miden en intervalos de cinco años, pueden no representar los avances que se han hecho en el tratamiento o el diagnóstico de este tipo de cáncer[5].

De todas maneras, el estado de salud del presidente venezolano debe poner a reflexionar a los ciudadanos de ese país; es un hecho que no ha reaccionado positivamente a los tratamientos suministrados en Cuba, que, como se ha señalado por voces autorizadas, es posible que se aplicaron tratamientos errados que agravaron su estado físico y que la evolución de la enfermedad lo está imposibilitando para ejercer el mando.

La ‘revolución bolivariana’ es una cosa con la presencia mediática y mesiánica de Chávez, otra cosa sería con cualesquiera de sus potenciales sucesores y evidentemente no sería para el bien del país; de hecho, ya germina una feroz lucha intestina por esa sucesión que se refleja en el agravamiento de las condiciones de gobernabilidad y que puede desembocar en una tragedia nacional dada la polarización política que allí se vive.

 

[1] NUEVO HERALD. Ausencia de Chávez crea inquietud. Martes, 24 de abril de 2012. En: http://www.elnuevoherald.com/2012/04/20/1183732/ausencia-de-chavez-crea-inquietud.html#storylink=cpy
[2] CONQUER CANCER FOUNDATION. Sarcoma de tejido blando. Chicago, febrero de 2012. En: http://www.cancer.net/patient/Cancer.Net+En+Espa%C3%B1ol/Tipos+de+c%C3%A1ncer/ci.Sarcoma+de+tejido+blando.printer
[3] Ibíd.
[4] Ibíd.
[5] Ibíd.